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La Liberación de los Rehenes, la Última Tortura que Aplica Hamás
Romi, Emily y Doron; primeras rehenes liberadas después de 471 días de horror. Todavía quedan 90 rehenes, entre ellos varios menores de edad. |
Por: César Echezuría
¡El acuerdo para que vuelvan los rehenes ya está en marcha! Ya han sido liberadas siete mujeres y la lucha por liberar a todos los secuestrados continúa. Cada rescate es una victoria.
Pero esta primera etapa del
acuerdo no trae una dicha completa. Hasta último momento, y en medio de los
intercambios que se acordaron, los terroristas de Hamás aprovechan cada entrega
para seguir torturando sicológicamente, tanto a rehenes como a sus familiares,
que con ansias los esperan.
Y lo peor: Hamás ha cambiado
los términos del acuerdo, ya que se estableció que en primer lugar serían
liberadas mujeres civiles, pero en la segunda entrega, liberaron mujeres
militares, lo que a su vez obliga a Israel a cambiar el número de presos que debe
entregar.
Es de esperarse que, si Hamás
continúa con este comportamiento, incumpliendo lo acordado y generando
incertidumbre entre los parientes de los rehenes, Israel tome medidas, aunque
moderadas seguramente, porque no se puede poner en riesgo el resto de las liberaciones.
Debe seguir maniatado, manejando de la mejor manera posible, el chantaje de
Hamás.
Los principales términos del acuerdo son:
- El alto al fuego será por 42 días, es decir, 6 semanas, desde el 19 de
enero hasta el 2 de marzo.
- Más de mil presos palestinos serán liberados. 30 por cada civil y 50
por cada militar.
- 33 rehenes volverán a Israel.
- 23 de ellos vivos y 10 muertos.
- Aproximadamente 60 seguirán en cautiverio al terminar esta primera
fase.
Familiares de algunos de los rehenes, con carteles que los muestran. Entre ellos vemos dos niños.
Se sabe cuáles serán los 33 rehenes que volverán, pero no se sabe el orden en que los entregarán, ni quiénes están vivos y quienes volverán en un ataúd. Por eso, los familiares y amigos de los rehenes están sumidos en una terrible incertidumbre, esperan juntos su liberación y comparten su angustia.
Estas son algunas de las
expresiones que se escuchan de parte de ellos:
- “No tenemos idea de cómo regresarán, y no estamos haciendo planes para
nada”.
- “Estamos viviendo una pesadilla inimaginable de 42 días. Lo más
difícil es saber que tal vez tenga que darle una noticia devastadora a mi
hija”.
- «No recibiré el mismo padre,
ha estado en el infierno».
En virtud de que los
testimonios de las primeras mujeres liberadas son impactantes y revelan las
duras condiciones de su cautiverio, separadas, muchas en túneles y con acceso
limitado o nulo a medicamentos y poca luz, algunas golpeadas frecuentemente o
violadas, aumenta la incertidumbre. 42 días para saber, a cuentagotas, si
vendrán en buenas condiciones, enfermos o con graves secuelas sicológicas. Una
auténtica tortura.