EDITORIAL MAYO 2025
Shavuot: la fiesta de la cosecha y la entrega divina
Por: César Echezuría
Celebrado este año desde la noche del domingo 1 de junio, al martes 3 de junio, Shavuot, también conocido como la Fiesta de las Semanas, conmemora dos momentos fundamentales en la historia del pueblo judío: la entrega de la Torá en el monte Sinaí y la cosecha de los primeros frutos en la Tierra Prometida.
Hoy, más que nunca, en medio de desafíos y conflictos, los judíos celebran esta fiesta como una renovación de su pacto con Adonai y como una afirmación de vida, fe y esperanza. A los cristianos que amamos a Israel, Shavuot nos conecta con nuestras raíces más profundas y con el Adonai que habla y da propósito a su pueblo.
¿Qué es Shavuot?
Shavuot significa literalmente “semanas” en hebreo, y es una de las tres festividades de peregrinación bíblicas (junto con Pésaj y Sucot). Su nombre completo es Jag Shavuot, “la Fiesta de las Semanas”, porque se celebra siete semanas después de la Pascua (Pésaj), completando 49 días del conteo conocido como el Omer.
En Éxodo 23:16, se le llama la fiesta de la cosecha de los primeros frutos de tu trabajo, lo que muestra su conexión con la gratitud por la provisión de Adonia en la tierra. En el mundo antiguo, los judíos llevaban a Jerusalén las primicias de su cosecha, especialmente trigo, cebada, higos, uvas, granadas, olivas y dátiles, los llamados “siete frutos” de la tierra de Israel (Deuteronomio 8:8).
Pero Shavuot no solo es una fiesta agrícola. En el corazón del judaísmo, Shavuot es también el aniversario espiritual del momento en que Adonai entregó la Torá al pueblo de Israel en el monte Sinaí. Es el pacto renovado entre Adonai y su pueblo, donde no solo recibieron leyes, sino también identidad, misión y destino.
¿Qué significa Shavuot para el pueblo judío?
Para los judíos, Shavuot es uno de los días más sagrados del calendario. Es una festividad de revelación y compromiso. En ese sentido, se considera el “cumpleaños espiritual” del pueblo de Israel, pues fue el momento en que pasó de ser una multitud liberada de Egipto a convertirse en una nación con propósito divino.
Durante Shavuot, es tradicional estudiar la Torá durante toda la noche (Tikun Leil Shavuot), como un acto de amor por la Palabra de Adonai. Se leen pasajes de Éxodo 19 y 20 —la entrega de los Diez Mandamientos—, así como el libro de Rut, que encarna el mensaje de conversión, fidelidad y cosecha.
También es costumbre decorar las sinagogas con flores y ramas verdes, como símbolo de vida nueva y fertilidad, y se comen alimentos lácteos, recordando la dulzura de la Torá, comparada con la leche y la miel (Cantar de los Cantares 4:11).
¿Cómo se vive Shavuot hoy?
En Israel, miles de personas se reúnen al amanecer del segundo día de Shavuot frente al Muro de los lamentos (Kotel) para orar y dar gracias. Es una imagen poderosa: el pueblo del Sinaí reafirmando su alianza en el corazón de Jerusalén. En muchas comunidades judías alrededor del mundo, jóvenes celebran su bat o bar mitzvá, reafirmando que la Torá sigue viva generación tras generación.
Este año, tras un tiempo de dolor por las guerras y secuestros, Shavuot será para muchos hogares judíos una afirmación de que la vida y la Palabra de Adonai son más fuertes que el odio y la muerte. Cada lectura, cada flor en la sinagoga, cada niño que recita la Torá, es una victoria del espíritu.
Shavuot y los cristianos: raíces compartidas
Para los cristianos, Shavuot es también significativo. Es la misma fecha que el Pentecostés en el Nuevo Testamento (Hechos 2), cuando el Espíritu Santo descendió sobre los discípulos, 50 días después de la Pascua. Ese momento —también en Jerusalén— marcó el nacimiento espiritual de la Iglesia, así como Shavuot marcó el nacimiento espiritual del pueblo judío.
La entrega de la Torá y la entrega del Espíritu son vistas por muchos como dos momentos de revelación divina que muestran el corazón de Adonai: formar un pueblo que escuche su voz, camine en sus caminos y lo haga conocer entre las naciones.
Un tiempo de afirmación
Shavuot no es solo una conmemoración del pasado. Es un tiempo de reafirmar la identidad, la fe y la promesa divina. Para nosotros, cristianos amigos y amantes de Israel, es también una oportunidad para orar por el pueblo judío, agradecer por la raíz que nos sustenta (Romanos 11:18) y renovar nuestro compromiso con la verdad revelada.
Shavuot nos recuerda que la cosecha más valiosa es la de corazones alineados con Adonai. Que esta festividad nos inspire a todos a recibir —con gozo y reverencia— la Palabra que da vida y propósito.
¡Jag Shavuot Sameaj! ¡Feliz Fiesta de las Semanas!