INFUNDADAS ACUSACIONES CONTRA ISRAEL

 Se Incrementan las Infundadas Acusaciones de Genocidio Contra Israel


Por: César Echezuría

 

En las últimas semanas, organizaciones como Human Right Watch (HRW), así como algunos gobiernos y medios de comunicación, han acentuado el uso del término “genocidio”, utilizándolo de forma irresponsable contra Israel. Nosotros tenemos la obligación de explicar al mundo que lo que ocurre entre Israel y Hamás no es un genocidio, sino una guerra, y cómo este término se manipula por parte de quienes tienen intereses oscuros contra Israel y Occidente, con fines propagandísticos. 

 

La raíz de estos últimos comentarios es que, a comienzos de diciembre, Human Right Watch entregó una investigación en la que concluye que la acción de Israel en Gaza es un genocidio. De inmediato, el gobierno de Benjamín Netanyahu rechazó de forma contundente esa investigación, al tildarla de "falsa y plagada de mentiras".

 

Para empezar, veamos qué es un genocidio. Según la ONU, genocidio es “la destrucción intencional y sistemática de un grupo étnico, religioso, nacional o racial”. Esto incluye masacres con el objetivo de exterminar a dicho grupo.

 

Y, claramente, esto no es lo que ocurre en Gaza. Allí no existe una intención israelí de exterminar a los palestinos como grupo. Lo que ocurre es una guerra desencadenada por el ataque masivo y brutal de Hamás el 7 de octubre, que dejó más de 1.400 israelíes asesinados y más de 200 secuestrados, incluyendo bebés.

 

¿Cómo actúan los protagonistas de esta guerra?

 Israel nunca ha buscado atacar civiles. En cambio, ha hecho esfuerzos sin precedentes en la historia militar para minimizar daños a civiles. ¿Y cómo lo ha hecho?

- Lanzando avisos antes de los bombardeos.

- Proveyendo rutas de evacuación.

- Ofreciendo ayuda humanitaria, incluso en medio del conflicto.

 

Por su parte, Hamás nos ha mostrado reiteradamente que:

- Utiliza a civiles como escudos humanos.

- Lanza cohetes contra Israel desde hospitales y escuelas, que también utiliza como almacenamiento de armas.

- Retiene a su propia población en zonas de combate para maximizar los fallecidos y, así, victimizarse.

- Produce y muestra al mundo engañosos videos donde, en “supuestos funerales”, los muertos se levantan y corren ante el temor de un bombardeo. Y, más frecuente, los de sufridos padres llorando a sus niños fallecidos, que se mueven o se rascan las piernas ante el “inclemente y real ataque de los insectos”.

 

¿Cuál es la verdad?

 Usar el término “genocidio” contra Israel no solo es falso, sino que trivializa genocidios reales, como los del Holocausto, Ruanda o Armenia. Este uso inadecuado es una manipulación del lenguaje para desinformar y demonizar a Israel.

 

Es importante entender que esta NO es una guerra entre israelíes y palestinos, sino entre Israel y Hamás, un grupo terrorista que oprime a su propia población y utiliza recursos para comprar y producir armas y túneles, en lugar de construir hospitales o escuelas.

 

Israel, como todo estado, tiene derecho a defenderse. Ningún país en el mundo toleraría que un grupo terrorista masacre a su población y amenace su existencia. Decir que esta defensa es “genocidio” no es solo falso, sino que constituye una estrategia de desinformación que beneficia a Hamás.

Debemos defender la verdad:

- Esto es una guerra, no un genocidio.

- Israel no empezó la guerra. Fue Hamás con su brutal ataque.

- Hamás pone en peligro permanente a civiles, tanto israelíes como palestinos.

 

La lucha contra el terrorismo es también una lucha contra la desinformación.

Más allá del drama y de todas las terribles y duras consecuencias de la guerra, es inaceptable que el país atacado tenga que justificarse permanentemente, por culpa de la ceguera fanática de gente que, en su gran mayoría, no está informada y no conoce la realidad.

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