Noticias y Actualidad 4 de noviembre

 

Gaza dividida: ¿una Franja partida en dos bajo distintos controles?

Pr: Cesar Echezuria

La Franja de Gaza podría estar al borde de una división histórica: una zona bajo control israelí y occidental, y otra bajo influencia de Palestina‑Hamás. Esta posibilidad parece la única segura ante las dificultades político‑militares, y plantea retos de seguridad, identidad y fe tanto para Israel como para los cristianos amantes del pueblo judío.

Recientes reflexiones, basadas en las crecientes dificultades para mantener los acuerdos de paz firmados con Hamás, que no renunciará a tener control sobre Gaza, nos permiten llegar a la conclusión de que la Franja de Gaza “se dirige hacia su mayor separación geográfica y política” en décadas. O, quizás, de su historia.

Con base en las dinámicas actuales —militares, diplomáticas y humanitarias— se puede concluir que Gaza terminará “partida en dos”: una parte reutilizada por Israel y Occidente para la reconstrucción y control estratégico; la otra, bajo la sombra de la influencia de Hamás y los sistemas de poder palestinos.

Bajo este esquema, Israel mantendría zonas de seguridad, infraestructura y supervisión internacional en una franja costera, mientras el resto —quizás la zona sur o interior— quede bajo un mando palestino‑hamás más débil, con grandes riesgos de continuar sus posiciones extremistas. Esta división no sería solo militar o política, sino también social y espiritual: la identidad judía e israelí, de un lado; la palestina, del otro, cada una desarrollando su modo de vida bajo reglas diferentes.

Para Israel, esta eventual partición representa una estrategia clara, que siempre ha perseguido: disminuir la amenaza directa de Hamás, gestionar la seguridad de modo más eficaz, y abrir espacios de reconstrucción sostenible. Para el mundo judeocristiano y occidental que apoya a Israel, la división plantea una verdad incómoda: aceptar la coexistencia de un enclave hostil, al lado de uno aliado, y orar por que, incluso en esa zona, prevalezca la paz.

No está garantizado que una solución esta solución pueda ser definitiva o que funcione sin riesgos: su implementación dependería de factores tan variados como el financiamiento internacional, la voluntad palestina de gobernar sin extremismo, la supervisión israelí, y la fe de todos los involucrados. Sin embargo, es una idea que ya se encuentra en marcha, y entenderla es clave para acompañar a Israel en oración, en conciencia y, sobre todo, con mucha decisión.

Reflexión final

Como cristianos que amamos a Israel, debemos reconocer que los modelos de paz no son siempre lo que parecen. A veces, la salvación de muchos puede venir a través de estructuras no convencionales, como una Gaza dividida, y no solo por la integración total. En este momento histórico, la sabiduría, la fe y la vigilancia son esenciales. Que esta visión abra nuestros corazones, impulse nuestras oraciones y nos conecte más íntimamente al destino del pueblo judío que transitará estos caminos.


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