Editorial 1 de septiembre

 

Septiembre: El mes más sagrado del calendario judío

 

Rosh Hashaná y Yom Kipur, dos de las fechas más significativas de Israel, marcan un tiempo de profunda introspección, perdón y renovación. El mes de septiembre convoca al alma a recordar, enmendar y renacer.

 


Septiembre: un mes sagrado para el pueblo judío, cargado de reflexión, esperanza y renovación espiritual en medio de tiempos turbulentos para Israel.


Por César Echezuría


Septiembre es el mes más sagrado del calendario judío. En él se concentran las conmemoraciones más solemnes de toda la tradición hebrea. Son días que invitan al recogimiento, al arrepentimiento, a la reconciliación, y al retorno a lo esencial: la conexión con Dios, con los demás y con uno mismo.

 

Rosh Hashaná y Yom Kipur

 

El ciclo comienza con Rosh Hashaná, el Año Nuevo Judío, que este año se celebra desde la tarde del 22 hasta la noche del 24 de septiembre así que el 22 de septiembre al caer la tarde ya es 1 de Tishrei, inicio de Rosh HaShaná 5786.

. Es un momento para hacer balance del año que termina, reflexionar sobre las propias acciones y formular propósitos de mejora. El sonido del shofar, el cuerno ritual, sacude el alma y llama al despertar espiritual.

 

A continuación, se inician los Diez Días de Reverencia, un período de introspección que culmina con Yom Kipur, el Día del Perdón, considerado el día más sagrado del año para el pueblo judío. Durante esta jornada, que en 2025 tendrá lugar el 1 y 2 de octubre, se ayuna por 25 horas, se ora intensamente y se busca la expiación de los pecados, tanto personales como colectivos. Es un día de limpieza espiritual, de profunda humildad y conexión con el Creador.

 

Además, en este mes también puede celebrarse el Ayuno de Guedalia, que recuerda el asesinato de un líder judío tras la destrucción del Primer Templo y simboliza la fragilidad de la reconstrucción nacional tras una tragedia. Aunque menos conocido, este ayuno (que se realiza el 25 de septiembre, día 3 de Tishrei, justo después de Rosh Hashaná) añade un matiz de duelo y reflexión histórica al conjunto de celebraciones.

 

La actualidad también marca estos días

 

Mientras el pueblo judío se prepara para entrar en su mes más espiritual, el Estado de Israel enfrenta enormes desafíos. Conflictos regionales como los recientes roces con Turquía o la inestabilidad interna en Irán (que podría alterar el frágil equilibrio geopolítico) se suman a las amenazas de siempre. Vivimos tiempos complejos en los que la identidad, la fe y la resistencia del pueblo judío vuelven a ser puestas a prueba.

 

Y, sin embargo, este pequeño gran pueblo se fortalece, una vez más, en sus raíces espirituales. En Rosh Hashaná se recuerda que todo renace. En Yom Kipur, que todo puede ser perdonado. Y en septiembre, que la historia del pueblo judío no es solo la de sus guerras, persecuciones y conflictos, sino la de una fe que ha perdurado milenios.

 

Para los cristianos que aman y apoyan a Israel, este es también un tiempo de oración, de acercamiento y solidaridad. Acompañemos espiritualmente a nuestros hermanos judíos. Oremos por la paz de Jerusalén. Unámonos a su llamado interior. Porque cuando Israel se vuelve al Eterno, toda la humanidad se beneficia. Y cuando recordamos la importancia del perdón y la reconciliación, damos pasos hacia una paz verdadera.



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