EDITORIAL

Elecciones en Estados Unidos: Decisivas para Israel y Oriente Medio


Por: César Echezuría


El resultado de las elecciones en EE.UU. tendrá un gran impacto en el Medio Oriente. Donald Trump se proclama, y es percibido, como el "presidente proisraelí", mientras que Kamala Harris habla de “reconciliación de intereses”.

 

Donald Trump da un discurso de campaña con las banderas de Estados Unidos e Israel como fondo.


Nunca antes la opinión pública de Israel había estado tan volcada a favor de un candidato norteamericano, como en estas elecciones. Una encuesta confiable del Canal 12 de Israel muestra que el 66% de los israelíes apoya a Donald Trump y solo el 17% a Kamala Harris. El 17% restante, a las puertas de las elecciones, aun no se decide. Y algo más contundente: De entre los partidarios de Netanyahu (israelíes de derecha), el 93% se inclina por Trump y solo el 1% por Kamala Harris. Y es porque hay razones claras para ello: Durante su mandato, Donald Trump tuvo muchos gestos y acciones favorables a Israel. 


La Posición de Cada Candidato Frente a Israel

En el 2018, trasladó la embajada de EE.UU. de Tel Aviv a Jerusalén.  En marzo de 2019, reconoció los Altos del Golán, anexados por Siria, como territorio israelí. Poco después, el yerno y enviado especial de Trump, Jared Kushner, presentó un plan de paz que fue percibido por los demócratas y muchos europeos como unilateral y perjudicial para los palestinos.

Como presidente, Trump recortó los pagos a la controvertida UNRWA, Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos, acusada de apoyar a Hamás, y dificultó la entrada en el país de ciudadanos de varios estados musulmanes.

Y algo muy importante: En el 2020, Estados Unidos firmó los Acuerdos de Abraham, una serie de tratados mediante los cuales Israel, más de 70 años después de su fundación, normalizó sus relaciones diplomáticas con varios estados árabes y del norte de África.

Y, de acuerdo con sus discursos de campaña, sin duda, Donald Trump continuaría esta línea si gana las elecciones. Está claro que seguiría siendo un aliado cercano a Israel. 

Por su parte, la candidata demócrata, Kamala Harris, continuaría con la línea de Joe Biden de tratar de disuadir a Netanyahu de operaciones militares decisivas como la incursión en la franja de Gaza, luego del 7 de octubre.

En marzo de 2024, Estados Unidos no vetó una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU sobre un alto el fuego con Hamás, como solía hacer antes con las propuestas críticas con Israel, lo que muestra cómo con los demócratas ha cambiado la posición de Estados Unidos frente a Israel.

Los analistas creen que Kamala Harris ejercerá su influencia política sobre Israel para tratar de forzarlo a un alto el fuego con Hamás y Hezbollah. Y, más aún, que condicionaría la futura ayuda militar, que es muy importante para Israel, a ese alto al fuego.

Hasta ahora, Kamala Harris ha querido mantenerse moderada y en una línea equilibrio, expresando su firme apoyo a Israel, pero condenando, al mismo tiempo, las víctimas civiles en Gaza y el Líbano. Incluso pidiendo el alto al fuego de Israel en estos dos frentes de batalla. Pero esta posición indefinida, de supuesto equilibrio, ha suscitado reacciones encontradas, ya que muchos creen que es simplemente una estrategia para no perder votos entre los amigos de los israelíes.

Por su parte, muchos iraníes opositores al régimen de los ayatolás, algunos de ellos residentes en Estados Unidos, expresan su deseo de que el candidato republicano, Donald Trump, sea el próximo presidente de los Estados Unidos, ya que lo consideran un líder fuerte, que está en  condiciones de enfrentar y frenar a Irán en su cruzada contra Israel y Occidente, mientras que una victoria de la candidata demócrata, Kamala Harris, significaría la continuidad del statu quo permisivo en la política estadounidense hacia ese país.

Conclusiones Claras

Está claro que para Israel es preferible una administración republicana a una administración demócrata, que podría ser hostil a Israel en algunos temas vitales. Además, hay algo muy importante, que judíos y cristianos no podemos dejar de lado: el “wokismo” exacerbado es una lacra que está destruyendo la identidad cultural de las sociedades de Occidente, y los demócratas parecen estar dispuestos, no solo a aceptar, sino incluso a fomentar, esta forma de sociedad.

En conclusión, Donald Trump, ya ha demostrado ampliamente que es pro judío. En cambio, Kamala Harrias, ni siquiera quiso estar presente en el discurso de Benjamín Netanyahu en el congreso de Estados Unidos, en un momento muy delicado para Israel.

Que Elohim guíe a los norteamericanos para que no se equivoquen. De su elección depende, no solo el futuro de su país y el de Israel, sino el de toda la humanidad.



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