EDITORIAL
La Desinformación Sobre Israel
Por:
César Echezuría
El pasado
martes 27 de agosto el mundo fue testigo de un hecho que retrata de primera
mano lo que es Israel. Y muchos, los que no están cegados por el odio, sino que
ven la realidad con otros ojos, incluso con imparcialidad, pudieron comprobar
por los hechos, cuál es la realidad de Israel, cómo es su gente, cuál es su
comportamiento frente a sus ciudadanos, sin importar si son musulmanes o
judíos. En Israel no se discrimina. Todos tienen el mismo tratamiento.
Queremos
hacer reflexionar sobre este punto porque, desde que nació el Estado de Israel,
este país ha sido víctima de la distorsión de la realidad por parte de sus
enemigos. Y este fenómeno se ha acentuado año a año, especialmente en lo que
llevamos del presente siglo. Más aún, en los últimos quince años, cuando el
progresismo se ha enseñoreado sobre el mundo, y cuando el islam ha encontrado
en este movimiento un socio adecuado para su arremetida contra Israel y
Occidente, para imponer su Ley Sharia.
Son muchas y
muy grandes las mentiras que se dicen sobre la sociedad israelí y su manejo del
Estado. Y la desinformación intencional, además, presenta a Israel como ejemplo
de opresión y violencia, e incluso lo señalan de genocida. Pero, a la vez, se
pretende blanquear y justificar a quienes sí merecen condena por lo que hacen,
tanto terroristas que lo atacan como países que quieren eliminarlo.
Ese martes
28, todos vimos las fotos y los videos de Qaid Farhan Muhamad Alkadi, de 52
años, el israelí beduino musulmán de la ciudad de Rahat, rescatado por tropas
israelíes de un túnel en Gaza, atendido por médicos judíos y saludado con
emoción por altos oficiales del ejército, felices todos de verlo libre. Incluso
fue llamado personalmente por el propio Benjamín Netanyahu, con quien mantuvo
una emocionante conversación.
Cabe
preguntamos si los que demonizan a Israel podrán reconocer cuán equivocados
están. Porque, en contraste con este hecho, Hamas no discriminó el 7 de
octubre, sino que asesinó y secuestró a judíos, musulmanes y cristianos,
mayormente israelíes, pero también extranjeros que trabajaban o estudiaban en
el sur del país. Todos fueron sus víctimas, tanto de asesinatos como de
secuestro.
Israel, por
su parte, mostró al mundo que no discrimina en sus intentos de salvación, en el
esfuerzo de velar por todos.
Además, la
alegría que estalló en Israel con la liberación de Farhan fue enorme, como
siempre en estas situaciones. Pero, en este caso, fue notoria la felicidad, no
solo en la ciudad beduina de Rahat, sino en toda la población, en los medios.
Todo Israel estaba feliz.
Fue
especialmente emocionante el comunicado de la oficina de Netanyahu, con un
versículo bíblico: “Veshávu baním ligvulám”, o sea “Y los hijos volverán a sus
fronteras”. Palabras del libro de Jeremías para celebrar el regreso a casa de
un ciudadano musulmán de Israel.
Pidamos a
Elohim que permita a Israel rescatar a los otros 108 secuestrados que aún están
en Gaza, para dar sepultura digna a los muertos y abrazar a los que han podido
resistir hasta ahora.
Y que, con
acciones de este tipo, el mundo pueda ver lo que realmente es Israel, no las
mentiras que dicen sus enemigos.